Cambios en la voz de un niño disfónico aplicando el método PROEL sin diagnóstico previo

Los trastornos de la voz son bastante frecuentes en la infancia, afectando tanto a niños como a niñas entre los 6 y 21 años, hasta alcanzar la pubertad. Aunque en algunas ocasiones, también se manifiestan a edades más tempranas. Por lo general, aparecen de forma progresiva y en fases sucesivas.

Los niños pueden quejarse de quemazón, pinchazos, sequedad y sensación de cuerpo extraño en la garganta, entre otras. Además, observamos que todas las características acústicas suelen estar alteradas (timbre, altura, intensidad, extensión y duración). Esto da lugar a una voz “rasposa”, “áspera” o con tonos más graves.

La disfonía durante la infancia en ocasiones es un signo difícil de diagnosticar por diversos motivos. Uno de ellos es que a esas edades suelen aparecer cambios en la voz propios de la edad. Por otro lado, está el hándicap de las endoscopias, que en ocasiones resulta complicado llevarlas a cabo, y aún más con una buena estroboscopia. También debemos tener en cuenta que existen muchas lesiones congénitas que son difíciles de ver en los niños. Además, está el hecho de que no hay formación del ligamento de la cuerda vocal, dando lugar a que la morfología sea diferente a la del adulto. Por último,también hay que tener en cuenta la posible existencia de una inflamación continua de moco nasal o de intolerancias en muchos niños que dificulta el diagnóstico.

La disfonía puede tener su origen en situaciones inflamatorias de las vías aerodigestivas superiores, alteraciones funcionales, intervenciones quirúrgicas, causas psicógenas, etc. Es muy común escuchar que la principal causa de disfonía en los niños se debe a que es “un niño chillón, hablador o inmaduro”. Sin embargo, los últimos estudios han demostrado que detrás de una disfonía hay muchos factores inflamatorios de base que están interfiriendo en la correcta función de las cuerdas vocales. A esto hay que sumarle que el esfuerzo que hacen los niños con problemas en la voz genera más esfuerzo, acentuando así la disfonía.

Teniendo en cuenta todo lo mencionado, vemos que es muy importante detectar cuanto antes los signos de alarma que presentan los niños e intentar concretar las posibles causas que originan la disfonía, para luego comenzar un tratamiento vocal adecuado y adaptado a cada niño para sacar el máximo rendimiento a su voz. Sin embargo, para tener más éxito con este tratamiento, lo recomendable es empezar reduciendo los posibles factores inflamatorios que puedan estar afectando a la voz y, posteriormente, buscar la mejor forma de
hablar sin esfuerzo.

Autora: Jennifer García Santana
Experto Universitario en Método Propioceptivo Elástico (PROEL)
para el tratamiento de los trastornos de la voz

Tutor: Alfonso Borragán
6/2022
Idioma: Español

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